Un niño no se da cuenta que tiene el dichoso don de la vida, un adulto tampoco, la diferencia está en que nosotros los adultos, caemos en una gran agujero, y dejamos de vivir para sobrevivir, pero sobrevivir no nos hace gracia, ni nos cuasa satisfacción; entonces recurrimos al psicológo, o peor aùn al psiquiatra.
Uno de los peores mata vida es el trabajo. En américa Latina se acostumbra trabajar 8 a 10 horas, con suerte de lunes a viernes, la edad mínima para pensionarse es a los 63 años; (como un profesional). Muchos de los lugares de trabajo son oscuros, y cuando tenemos las horas desayuno o almuerzo nos damos cuenta de que existe el sol, y aprovechamos para calentarnos un poco. Cuando salimos del trabajo a nuetra casa, llegamos al palacio soñado, grandes cenas, con aguas termales, cero problemas, cero reponsabilidade, cero verdad lo que digo en esta lineas, al llegar a nuestro hogar, llegamos a otro campo de batallas, los chicos, la casa, el gato, el mal marido, las cuentas entre otras cosas.
Yo escribo y se que hay muchas y miles y si no la mayoría de las personas que tienen algún tipo de situación que no lo deja disfrutar de esta tan preciosa vida.
Pero hagamos una resta, restemos el trabajo (ojo; retirados con dinero), puedo entonces difrutar del sol y la luna plenamente, bueno está la casa, los chicos y el mal marido, entonces restamos personas, bueno en mi caso no, amo a los chicos y a mi mal marido, pero bueno tendremos que lidiar con las personas